En primer lugar, es importante definir que se entiende normalmente por dieta blanda, puesto que habitualmente se recomienda cuando sufrimos alguna enfermedad del sistema digestivo. Su principal característica es que se trata de una dieta no irritante para el estómago, su función es la de facilitar la digestión con la ingesta de alimentos ligeros que puedan ser fácilmente asimilados a su paso por el estómago. Consiste por tanto en modificar la consistencia o textura de los alimentos para facilitar su masticación y digestión, ya que nadie se da cuenta del tiempo que tarda el estómago en hacer la digestión. Es evidente que cuando se toman alimentos pesados, con mucha grasa se triplica con facilidad su esfuerzo y energía en poder reducirlos y asimilarlos.
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Por ello, la dieta blanda puede aludir a los diferentes tipos de alimentos que podemos o debemos ingerir cuando se tienen problemas digestivos o tienen en perspectiva una próxima intervención quirúrgica. Remitiéndose a la dieta blanda astringente, esto es la que sirve para afrontar las diarreas o a la dieta blanda laxante que lo que trata es de evitar los vómitos. Por otro lado, su denominación también puede referirse a la dieta que deben observar las personas con problemas de deglución o masticación, lo que trata es de facilitar el proceso alimentario. Las dos modalidades figuran en todos los protocolos terapéuticos de atención hospitalaria de cualquier centro médico.
Una vez expuesto lo anterior podemos describirla como aquella dieta basada en alimentos muy ligeros, que generalmente no irritan el sistema digestivo. En otras palabras, en modificar la manera de cocinar los alimentos y en seleccionar los productos de cada grupo que sean fáciles de digerir, tanto por su adecuada composición nutricional como por su grado de maduración.
Por esa razón la dieta blanda suele prescribirse en caso de adolecer de algún trastorno digestivo. De modo que debería ser suficiente con tomar alimentos ligeros y pobres en grasas, además de productos que retengan agua y a la vez alimenten no aportando demasiada fibra, para no estimular demasiado la producción de ácidos gástricos.
Consejos que se deben tener presentes
- Evitar ciertos alimentos mientras se está sometido a la dieta blanda;
- Los alimentos fritos
- Los ricos en fibra y flatulentos
- Todas las legumbres, incluso en el supuesto de no sufrir diarrea
- Verduras de la familia de las coles, col, brócoli, coliflor y coles de Bruselas
- Las carnes duras y fibrosas
- Los lácteos en general exceptuando al yogur
- Tampoco se deben tomar almendras, cacahuetes, nueces y otros frutos de cáscara y las semillas que son difíciles de masticar
- El chocolate
- Las bebidas con cafeína.
- Si es necesario se debe utilizar una trituradora u otro aparato para triturar o hacer puré los alimentos y que así sean más fáciles de masticar y tragar.
- Es muy importante reponer líquidos, ya que por regla general la dieta blanda se inicia tras un periodo en el que nuestro organismo rechaza el alimento sólido. Además de sufrir frecuentes vómitos con la subsiguiente pérdida de nutrientes y sales minerales, por lo que la mejor forma de reponerlos es mediante el consumo de muchos líquidos. Bebiendo zumos, especialmente los de limón con 2 cucharadas de azúcar o sacarina, un poco de sal y una cucharadita de bicarbonato.
- Acabada la dieta y casi recuperados de los trastornos es aconsejable ir introduciendo la alimentación normal paulatinamente y sin brusquedad hasta volver al régimen alimenticio habitual.
Alimentos permitidos para una dieta blanda
Esta es una selección de los productos alimenticios más recomendables y que cumplen con todos los requerimientos de la dieta blanda, de este modo tenemos;
- Alimentos sólidos
- El arroz blanco
- La sopa de sémola de arroz
- El requesón.
- El caldo de arroz
- La crema de verduras o consomé
- Las zanahorias cocidas o en puré
- Tortilla a la francesa
- El jamón de york
- El yogur
- Las carnes magras como la pechuga de pollo o el pescado blanco cocidos o a la plancha
- La carne de membrillo
- La manzana asada o rallada
- Los plátanos cocidos
- El pan tostado
- El zumo de limón
- Alimentos líquidos
En lo referente a bebidas, es importante beber de 6 a 8 vasos de líquido al día. Líquido que puede ser;
- Agua
- Té
- Jugo de frutas
- Refresco sin cafeína
De esta manera, un ejemplo de menú podría ser del siguiente:
- Desayuno: Té, cereales, zumo de frutas, pan tostado.
- Almuerzo: Sopa o Puré, arroz blanco, carne o pescado a la plancha, verduras como las acelgas o las judías verdes, huevos escalfados o en tortilla, pan tostado, bebidas permitidas fruta o jugo de frutas.
- Cena: Jamón York, pescado, ensalada, pan tostado y fruta.