La heparina es un medicamento anticoagulante que diluye la sangre y se prescribe en algunos casos de embarazo para evitar la formación de coágulos sanguíneos en la madre y en el feto. La heparina se suele recetar a personas que tienen que estar mucho tiempo en reposo por alguna enfermedad, cirugía, fractura o lesión, pero en el caso de las mujeres embarazadas, se prescribe cuando sufren alguna enfermedad autoinmune, trombofilias o deben estar en cama sin moverse mucho tiempo.
La heparina es muy eficaz para prevenir coágulos de sangre que son muy peligrosos porque pueden bloquear los vasos sanguíneos y ocasionar complicaciones muy graves para la salud como embolia pulmonar o trombosis venosa profunda.
¿Por qué se inyecta heparina en el embarazo?
La heparina de bajo peso molecular (HBPM) se inyecta a las mujeres durante el embarazo porque no atraviesa la placenta y no tiene efectos dañinos sobre el feto. Además, pinchar la heparina es una opción segura si se compara con otros fármacos anticoagulantes que se toman por vía oral, ya que estos pueden aumentar el riesgo de malformaciones congénitas en el feto.
¿Qué efectos secundarios tiene la heparina?
Todos los medicamentos tienen efectos secundarios que hay que conocer, en el caso de la heparina, los más comunes son los hematomas y dolor en el lugar de la inyección y un ligero sangrado. En ocasiones tiene consecuencias más graves como dificultad para caminar, hematomas anormales, vértigo, fiebre, vómito sanguinolento, caída del cabello y sangre en las heces o en la orina. En pocos casos, la heparina puede originar hemorragias graves o trombocitopenia inducida por heparina, que es una reacción alérgica a la heparina que produce la bajada de plaquetas en la sangre e incrementa el riesgo de sangrado. Esto solo ocurre en extrañas ocasiones y se ha demostrado que la heparina es segura para el feto y que sus beneficios son mayores que sus inconvenientes.
Para evitar los riesgos de los efectos secundarios, las mujeres embarazadas que siguen este tratamiento con heparina, deben seguir atentamente las instrucciones de su médico y acudir a un seguimiento para controlar las dosis.
¿Cómo saber si necesito heparina en el embarazo?
La heparina se aconseja a aquellas embarazadas que sufran hipercoagulabilidad y riesgo de trombosis. Hay algunas enfermedades hereditarias que están asociadas con un elevado riesgo trombótico y con aborto de repetición como son las trombofilias. Este tipo de patología es una alteración en el sistema de coagulación que puede provocar complicaciones en la gestación como los coágulos en los vasos sanguíneos de la placenta que disminuyen el suministro de sangre que le llega al feto. Esto da como resultado problemas como abortos, partos prematuros, desprendimiento de placenta y crecimiento insuficiente del feto.
Las trombofilias también causan preeclampsia grave, que es un trastorno que aumenta la presión arterial y las proteínas en la orina y que pone en riesgo la vida de la madre y del feto.
A las mujeres embarazadas con valvulopatías, portadoras de válvulas cardiacas metálicas, obesas, con embarazo múltiple o que deben estar en reposo por amenaza de parto prematuro también se les recomienda un tratamiento con heparina. Hay que indicar que son los profesionales de ginecología y hematología, quienes determinen el tratamiento de heparina y su duración.
¿La heparina puede producir sangrado en el embarazo?
La heparina de bajo peso molecular que se receta a las mujeres embarazadas es muy eficaz y segura, por lo que no se tiene constancia de que provoquen graves efectos adversos durante su administración ni en la madre ni en el feto. Sin embargo, como puede ocurrir con la administración de cualquier otro anticoagulante, las inyecciones de heparina pueden provocar sangrado en las mujeres embarazadas.
Si se sangra sin motivo aparente o más de lo normal o aparecen hematomas en cualquier parte del cuerpo de forma espontánea, es importante acudir a un centro sanitario o a urgencias para descartar cualquier problema grave, pero no se debe suspender el tratamiento con heparina sin que lo indique un profesional médico que evalúe el estado de la paciente.
¿Cuándo se pone la heparina en el embarazo?
Para aquellas mujeres con trombofilias hereditarias o adquiridas, enfermedades autoinmunes y con alto riesgo de trombosis, se administra una dosis profiláctica de heparina durante todo el embarazo y hasta 6 semanas después del parto. Los médicos recomiendan suspender los pinchazos de heparina 48 horas antes del parto y volver a administrar tras el parto si no hay complicaciones hemorrágicas que lo impidan.
¿Dónde se pincha la heparina embarazada?
La administración de heparina es muy sencilla y el pinchazo lo puede realizar la propia embarazada, ya que la aguja y la jeringa vienen precargadas con la dosis necesaria y tienen un tamaño pequeño. Lo habitual es que se inyecte una o varias veces al día en un costado de la zona abdominal, en la parte anterior del brazo o en la pared anterior del muslo, pero debe ser una zona que tenga grasa debajo de la piel, ya que la aguja se introduce de forma perpendicular a esta.
¿Dónde duele menos la heparina?
A la hora de inyectar la heparina de bajo peso molecular por vía subcutánea, es importante seguir algunas recomendaciones para evitar en la medida de lo posible el dolor y la aparición de hematomas, enrojecimiento o llagas. Se debe coger un pliegue de piel con la mano apretando fuerte y con la otra mano la aguja se coloca en posición perpendicular al pliegue cutáneo donde se va a introducir. Hay que apretar la jeringa con suavidad para que el contenido penetre lentamente y mantener el pliegue cutáneo hasta que se extrae la aguja. Posteriormente se presiona con la mano de forma firme la zona donde se ha pinchado sin frotar ni masajear.
Es recomendable cambiar la zona de la inyección diariamente para no pinchar donde se ha producido el hematoma anteriormente y tener un horario fijo para administrarla, ya que de esa manera es más fácil no olvidar la dosis. En el caso de que eso ocurra, hay que informar al médico.