Un íntimo amigo del actor norteamericano Philip Seymour Hoffman, cuando fue a visitarle a su apartamento del Greenwich Village en Nueva York, le encontró muerto tendido en el suelo, con una jeringuilla en el brazo y restos de heroína.
Naturalmente, su íntimo amigo, el guionista David Katz ante la visión del cuerpo avisó inmediatamente a los servicios de emergencia que certificaron la muerte del actor. Aunque todas las circunstancias que rodean la muerte están siendo investigadas por la policía, al parecer pudieron deberse a sus problemas de drogadicción, reconocidas desde tiempo atrás por Philip.
Una vida problemática
El actor que tenía 46 años en el momento del óbito, era adicto a las drogas desde hacía mucho tiempo, tanto que tuvo que ingresar recientemente en una clínica para desintoxicarse durante diez días. Lo que no le impidió destacar como uno de los mejores actores de Hollywood, pues fue nominado tres veces a los Oscar como mejor actor secundario por películas como, La guerra de Charlie Wilson, La duda y The master.
Para finalmente, conseguir el Oscar al mejor actor por su papel en la película Capote, en la que interpretaba al escritor Truman Capote y que además le sirvió para recibir el Globo de Oro, así como otros varios premios de la crítica.
Dolor y pésame de su público
El aficionado no olvida su profesionalidad ni sus imborrables actuaciones en papeles secundarios que fomentaron su buen hacer artístico en muchas de las películas más destacadas del cine de los últimos tiempos, hasta el punto que cientos de admiradores se congregaron junto al edificio donde vivía para manifestar su sentimiento por el fallecimiento del actor. Y el mismo alcalde de la ciudad se ha unido por medio de Twitter, al dolor que siente la ciudad por su pérdida.