A partir de los cuarenta años, tanto el metabolismo masculino como el femenino se enfrentan a unas modificaciones hormonales que afectan tanto al cuerpo como a la psique. La mujer está terminando, biológicamente, el período fértil de su vida y puede enfrentarse a la menopausia en los siguientes años. Los cambios derivados del fenómeno en las mujeres provocan algunas reacciones físicas asociadas a la sexualidad. Una de ellas es la falta de deseo, donde también concurren factores psicológicos. Esta falta de libido, en ocasiones puede llegar a hacer de las relaciones sexuales un episodio a evitar.
Los hombres, por su parte, pueden sufrir el denominado síndrome de la andropausia. Esta situación se caracteriza por una disminución de las erecciones y una menor cantidad de tiempo de las mismas. Al igual que las mujeres, estas realidades pueden obedecer a factores más psicológicos que físicos. Es necesario entender que el cuerpo no reacciona del mismo modo ante determinados estímulos que cuando tenía veinte años. Sin embargo, con paciencia, la pareja puede disfrutar de una vida sexual plena y satisfactoria.
La excitación es un proceso previo donde el cuerpo comienza a acomodarse a un ritmo concreto. Las pupilas se dilatan, la piel se ruboriza, se tensan los músculos pélvicos y se hace necesario el contacto sexual. Lógicamente, en la adolescencia y la juventud más temprana, la excitación pasa por ser un fenómeno de instante, de minuto. Es veloz y vigoroso. A medida que cumplimos años, la exigencia íntima de la excitación nos hace necesitar más estímulo visual, auditivo o sensitivo para lograr una relación sexual completa. Tener más de cuarenta años y poder disfrutar con nuestra sexualidad es entender que el prolegómeno debe ser de mayor duración, aprender a sentir las caricias de un modo más relajado y saber dar en la misma medida.
Indudablemente hay en el mercado productos que facilitan la comodidad y la relajación en las relaciones sexuales. La mujer, por ejemplo, tiene al alcance en muchas farmacias soluciones eficaces para paliar la posible falta de lubricación durante el coito. Algunas de ellas, incluso, facilitan la excitación simultánea del varón. Hay gran variedad de posibilidades. Este puede ser el primer paso para conseguir la complicidad con la pareja. Busquen juntos el elixir que más les guste, aprendan a jugar con él, a sumergirse en nuevas sensaciones y acaben por darse cuenta de que el sexo es otra manera de comunicarse con la persona que se quiere o sino se tiene, es también importante a la hora de buscar pareja. Y eso no cambia a los cuarenta años.