Las jóvenes familias que acaban de contraer matrimonio o que tienen hijos pequeños suelen estar invitados a una gran variedad de eventos, ya sean bodas, bautizos, comuniones, cumpleaños, cenas o muchos otros. En estos casos, todos los miembros de la familia deben contar con una vestimenta adecuada, diferente para cada ocasión especial. Por ello, siempre conviene estar preparado para dichos acontecimientos, adquiriendo con anterioridad algunas prendas para los más pequeños, ya que no se debe dejar la elección de éstas para la última hora.
El rosa y el azul han dejado de ser colores fundamentales en el armario de los hijos pequeños; por eso, los vestidos blancos para niñas suelen ser bastante recomendables, ya que dan claridad y sugieren elegancia, que es lo que se necesita en las fechas señaladas. Un vestido bordado de color blanco con detalles en color albaricoque podría ser una prenda de manga sisa rematada por dos volantes en cada extremo, perfecta para formar parte de un estilo muy elegante. Además, para asegurarnos de que la niña no pase frío, podríamos conjuntar el vestido con una preciosa rebeca con bordes calados, que tenga un único botón que se sitúe en el cuello de tipo redondo y sirva como sencillo cierre para abrochar la chaqueta. Si estamos en invierno, necesitaremos una gabardina con capucha que destaque por su estilo vintage, ya que se trata de una prenda clásica que nunca pasa de moda. Combinada con el conjunto antes mencionado se convierte en un abrigo infantil de gusto chic.
Para comidas, cenas, cumpleaños o eventos que no necesiten de ropa realmente arreglada, se recomienda la Parka para niña, que es actual y urbana. Su tejido es más ligero y primaveral que el de otros materiales utilizados para abrigos, pero sí aporta calidez, ya que su diseño es largo, sobrepasando la altura de la cadera. Además, sería atractivo incluir detalles decorativos como tachuelas sobre los bolsillos superiores, que aporten un guiño infantil a la prenda. Este tipo de chaquetas se pueden poner encima de vestidos o monos que no sean tan arreglados y sean más cómodos. Ejemplo de ello es un mono corto con volantes y lazo, que incorpore colores suaves como el lima o el flamingo, una propuesta cómoda, fresca y sofisticada al mismo tiempo. En la parte trasera puede abrirse en forma de lágrima, con un botón para el cierre. Además, dos grandes volantes que recorran ambos costados aportarán aire femenino.
Otros vestidos que suelen gustar a las niñas pequeñas son aquellos que en su parte baja tienen un diseño con pétalos cosidos, dando originalidad para dejar a todo el mundo con la boca abierta. Los colores que pueden quedar bien en este caso son los claros como menta, crudo u orquídea. Además, a este vestido se le puede añadir un sombrero confeccionado en rafia, que destaca por su aire veraniego y su estilo marinero. La parte superior del sombrero sería del mismo color que el vestido y el ala combinaría una cinta de ese mismo colorido con rayas blancas.
Para cualquier ocasión conviene tener al menos una prenda preparada en el armario, para que no seamos sorprendidos por los posibles eventos futuros.