Cuando una mujer da a luz, oye mucho aquello de que debe usar fajas postparto para recuperar la figura tras el embarazo. Después siempre llega la polémica. Unos afirman que no está demostrado que de verdad tenga algún papel en perder la barriga postparto. Otros que ayuda a recuperar la confianza. ¿Cuál es la realidad detrás de tanto debate?
Lo cierto es que ponerse o no una faja postparto no hará que pierdas peso antes o después. De eso se encarga el deporte, la vida sana y la alimentación. Sin embargo, si es cierto que las primeras semanas puede ayudar a la nueva madre. A sentirse más segura con su cuerpo. Sujetando la barriga, presionando de nuevo el abdomen y recogiendo la espalda. Unas semanas sí, pero no mucho más. Porque hay que dejar que estas zonas musculares comiencen a trabajar por sí mismas sin atrofiarlas o acostumbrarlas a un apoyo extra.
¿Para qué sirven las fajas postparto?
Las fajas durante el proceso de recuperación tras el parto ayudan a reducir la hinchazón del vientre. Sobre todo en caso de haber tenido una cesárea. Además protegen las suturas de la operación y hacen que la madre se sienta más resguardada y defendida frente a infecciones externas.
También ayuda en la recuperación de la musculatura de la espalda, que está muy resentida tras cargar el peso de un bebé durante nueve meses en una postura forzada. Con la faja se va remodelando la posición correcta. También hace que sudemos más, favoreciendo el drenaje linfático y la pérdida de volumen. Y por último, por supuesto, da un boost a la autoestima de la mujer, que se ve muy dañada tras perder la forma corporal y la depresión postparto.
Tipos de fajas postparto
Las fajas postparto no se diferencian en función de la cesárea o el parto vaginal. La única diferencia del mercado es su forma y el material del que están hechas. Por ello, no importa cómo haya sido el momento de dar a luz, puedes ponerte una faja postparto con cesárea o sin ella.
Si hablamos de la forma de las fajas, varían en función de la zona para la que esté pensada. Así, la más común es la faja de tubo, que trabaja exclusivamente la zona abdominal abrazando la cintura. Esta puede venir con tirantes o sujetador incorporado, para moldear el tronco completo. También las hay de pantalón, braga o short, como unas mallas de ciclista que recogen la zona lumbar, los glúteos y los muslos.
El material escogido también determina el resultado final. La mayoría de ellas son de algodón o microfibra, los tejidos más resistentes y fáciles de lavar que hay en el mercado. Pero también pueden estar revestidas de felpa o materiales hipoalergénicos, que resulten más cómodos para la piel y eviten irritaciones. Es importante optar por un modelo que sea transpirable, para que el calor no derive en sofocos.
También varían en la metodología de ajuste. Algunas se cierran con enganches, la mayoría de ellas. Sin embargo, para las fajas postparto es más cómodo el velcro, porque permite variar los tamaños de la barriga y da más movilidad y posiciones diferentes. Es importante recordar que la faja postparto debe apretar pero no en exceso. Porque puede dañar la estructura de la nueva madre y crear dolores musculares, malas posturas e incomodidades.