Los productos sin parabenos, muy conocidos y adquiridos hoy en día, son aquellos que no llevan conservantes, sustancia que suele incorporarse para prolongar la vida comercial de un producto y evitar su pronto deterioro por aparición de microorganismos, hongos o bacterias. El principal objetivo de los productos sin parabenos es mantener, mejorar y restablecer la salud de las personas. Una de las marcas más conocidas por estar especializada en productos cosméticos sin parabenos es Weleda, entre los que se encuentran algunos para el cuidado facial, corporal, de bebés o niños..
¿Cuáles son los beneficios del uso de estos productos?
Un grupo de oncólogos de la University of Reading de Edimburgo llevaron a cabo una serie de estudios con tejidos cancerígenos y llegaron a la conclusión que la mayoría de las muestras de éstos (un 90%), provenían de extracciones de biopsias de mujeres con cáncer de mama y tenían rastros de parabenos, por lo que se llegó a la conclusión que es un producto el cual es mejor evitar, optando siempre por aquellos sin parabenos.
Se puede diferenciar entre dos tipos de productos sin parabenos: los orgánicos, que están hechos a base de algunos productos como el almendro y al metabolizarse no suponen ningún tipo de inconveniente o problema; y los sintéticos, que son los fabricados de forma química. Estos segundos son los que debemos evitar. Aquí hay algunos ejemplos de ellos: Benzylparaben, Butylparaben, Ethylparaben (E214), Isobutylparaben, Isopropylparaben, Methylparaben (E218), Propylparaben (E216). Para descubrir si los cosméticos y productos de higiene personal que utilizamos los llevan o no, basta con mirar su etiqueta. Normalmente se trata de datos que vienen en letra muy pequeña, por lo que puede que nos cueste verlos con claridad.
También se ha demostrado que muchos de los productos con parabenos producen alergias, tanto dérmicas (de la piel), como rosáceas, entre muchas otras. Por tanto, debemos estar al tanto si tenemos algunos de estos síntomas: enrojecimiento, inflamación, dolor o picor de la piel o sequedad..
Los más sensibles a este tipo de productos suelen ser los más pequeños, cuya piel es mucho más delicada que la de un adulto.
En este caso, el champú y el gel para bebés de caléndula pueden ser muy eficaces, debido a las propiedades curativas, antiinflamatorias y regeneradoras de esta planta. La piel de los bebes es mucho más fina y delicada que la de un adulto y lo que hace la caléndula es mantenerla caliente, por lo que garantiza el buen funcionamiento de los órganos, complementando también la acción celular de la piel y reforzando la resistencia de los tejidos. La crema facial de caléndula protege e hidrata la cara, las manos y el cuerpo del bebé. La crema pañal, por su parte protege contra la irritación y alivia la piel enrojecida desde el primero día de su uso. Las futuras mamás también pueden utilizar aceites de caléndula para preparar el cuerpo para el parto, haciendo que la piel sea más flexible.
Todos estos productos, mezclados con otros sin ningún tipo de ingredientes sintéticos, son finalmente juntados en procesos de elaboración que respetan al completo el medio ambiente. Esto quiere decir que la piel tolerará al máximo todos los aceites, cremas, geles o demás productos que se hayan fabricado sin parabenos, como los de Weleda.
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