¿Por qué es importante hablar de igualdad de género hoy en día?

Según Unicef, a nivel mundial, casi 1 de cada 4 niñas entre los 15 y los 19 años no se está educando ni capacitando y 1 de cada 20 ha sido víctima de relaciones sexuales forzadas. No es una realidad lejana porque, de un modo u otro, en los países más desarrollados también se dan desigualdades de género.

La violencia machista sigue siendo una lacra, ya que solo en España murieron asesinadas 43 mujeres en 2021. Y en lo que a salarios se refiere, en nuestro país las mujeres cobran alrededor de un 12 % menos que los hombres. Hablar, por tanto, de igualdad de género es imprescindible para enfrentarse a una realidad que, de un modo u otro, está presente en todo el mundo.

Luchar contra la desigualdad desde la formación

Formarse como Técnico Superior en Promoción de Igualdad de Género online es, en ese sentido, una forma de trabajar por conseguir un mundo más igualitario. La sensibilización en todos los ámbitos sociales y en todas las estructuras (familiares, laborales, culturales, etc.) es el camino.

No hay que olvidar que la normativa en lo que a igualdad se refiere es amplia, pero su aplicación aún presenta muchas lagunas. Nuestra constitución recoge en su artículo 9.2 que los poderes públicos deben promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo sean reales y efectivas y, en su artículo 14, reconoce que todos los españoles son iguales ante la ley.

Tras la Carta Magna llegó un importante desarrollo legislativo. Ahí está la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, la Ley para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, cambios en el Código Civil y Reales Decretos sobre igualdad retributiva entre mujeres y hombres o sobre planes de igualdad.

Con tal desarrollo legislativo, la lucha por la igualdad de género no debería ser noticia, porque no debería haber diferencias. Pero las sigue habiendo. Por eso es importante seguir abordando una cuestión compleja, que requiere de acciones decididas en todos los ámbitos de la vida.

Esas acciones pueden centrarse en diferentes cuestiones y abordarse desde distintas perspectivas. El aspecto más básico es el de acabar con roles y estereotipos de género. Pero también en la aplicación de la normativa tanto a nivel público como privado, en la protección de las víctimas de cualquier tipo de acoso en función de sexo o de discriminación laboral.

Ejemplos de esas desigualdades hay muchos, más allá de la brecha salarial. En España, por ejemplo, el paro femenino se situó en 2021 en un 14,7 %, mientras que el masculino fue de un 11,5 %. Y ha sido precisamente a la población femenina a la que más fuertemente ha sacudido la crisis si hablamos del ámbito laboral.

Dando un paso más, un estudio del Ministerio de Igualdad señala más de un 70 % de las mujeres que han sufrido acoso sexual en el trabajo no denuncia por miedo a represalias o al estigma social. Otro encargado por el Ministerio del Interior recoge que, según las estimaciones, cada año se producen solo en España 400.000 actos de violencia sexual, y en la mayoría de los casos las víctimas son mujeres o menores.

Las cifras hablan por sí solas e indican que, aunque en las últimas décadas se haya avanzado en la equiparación de derechos entre hombres y mujeres y en igualdad, aún queda mucho camino por recorrer. Para llegar a la meta se necesita el trabajo de todos.

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