Uno de los defectos físicos que mayores daños psicológicos causa son las denominadas “orejas de soplillo”. Aunque el tamaño desproporcionado del pabellón auditivo respecto al rostro acompleja tanto a niños como adultos, son estos primeros a los que más frecuentemente afectan las burlas que suscita, especialmente en el colegio. También suele ser común entre las mujeres con “orejas de soplillo” la costumbre de no recogerse nunca el pelo, con el objetivo de ocultarlas. En la actualidad, la medicina estética ofrece una sencilla y discreta solución a este problema: la otoplastia. En este artículo tratamos temas sobre la otoplastia precio, el tratamiento y los resultados que se pueden obtener con esta cirujía facial.
Una de las principales ventajas de la otoplastia es, sin duda, su sencillez. Se trata de una cirugía de carácter ambulatorio, es decir, no exige la hospitalización del paciente. Además, se emplea anestesia local y sedación y la duración de la misma es de aproximadamente una hora.
La otoplastia corrige las orejas de soplillo
En la cirugía de otoplastia, el equipo médico realiza una pequeña incisión por detrás de la oreja, lo que garantiza la invisibilidad de la cicatriz. A continuación, remodela el cartílago y reduce el tamaño de la concha, cuando es necesario. Para asegurar la nueva posición de la oreja, se aplican puntos de sutura. Una vez concluido el procedimiento, se coloca al paciente un vendaje que debe llevar durante dos o tres días. Por otro lado, con objeto de asegurar una correcta cicatrización y evitar pliegues de la oreja no deseados, se recomienda el uso de una cinta para dormir.
Ocasionalmente, pueden aparecer pequeños hematomas o infecciones del cartílago, en cuyo caso se administran antibióticos. No obstante, estas complicaciones son muy infrecuentes. Sólo dos o tres días después de la otoplastia, el paciente puede hacer vida normal y las únicas recomendaciones son las que exige el sentido común: no conducir tras la operación y permanecer acompañado durante las siguientes cuarenta y ocho horas.
Con la otoplastia se logra no sólo pegar más las orejas a la cara, sino también darles una apariencia mucho más atractiva en cuanto a tamaño, forma y simetría.
Los niños ganan autoconfianza
Los niños con “orejas de soplillo”, en demasiadas ocasiones, están expuestos a las burlas de sus compañeros de colegio. Esta situación puede menoscabar su autoconfianza y ocasionarles problemas psicológicos que los acompañarán durante la edad adulta. En este sentido, los convierte en el perfecto candidato para someterse a una otoplastia.
La otoplastia puede realizarse a partir de los siete años, ya que se considera que en ese momento las orejas han alcanzado prácticamente el tamaño y madurez que presentarán a lo largo de la vida del sujeto. Sometiendo al niño a esta intervención, evitamos que desarrolle un complejo que condicione su comportamiento y favorecemos su sociabilidad. No obstante, es necesario subrayar que los menores de edad necesitan de una autorización escrita de los padres o tutores legales para someterse a esta cirugía estética.
En el caso de los pacientes adultos, una actitud positiva y gozar de buena salud son los únicos requisitos que se les exige para someterse a una otoplastia. Aunque su cartílago es menos flexible y, por tanto, presenta una menor capacidad de adaptación, los resultados también son muy satisfactorios y en muy pocas ocasiones son necesarios los retoques.
Otoplastia precio: es una mínima inversión en resultados definitivos
El precio de la otoplastia es de entre 2.000 y 3.500 euros, aunque es posible encontrar ofertas muy interesantes por un importe menor. Este costo incluye no sólo la tarifa del cirujano, sino la operación completa. Además, la mayoría de las clínicas ofrecen al paciente la posibilidad de financiar la cirugía.
En la otoplastia, el precio varía según la técnica quirúrgica que se vaya a emplear. Evidentemente, la experiencia y profesionalidad del cirujano plástico facial son factores que siempre deben tenerse en cuenta a la hora de valorar el coste de una intervención de este tipo, en la que los resultados afectan a nuestra salud y también a nuestra autoestima. Por otro lado, estamos invirtiendo en un procedimiento cuyos resultados son definitivos.
En resumen, con la otoplastia es posible, de forma sencilla y con resultados definitivos, poner fin a las orejas despegadas o “de soplillo”. Los niños, quienes más sufren (sobre todo en edad escolar) las consecuencias a corto y largo plazo de los complejos físicos, son perfectos candidatos para someterse a esta cirugía, una de las pocas que se permite realizar en pacientes menores de edad. No obstante, nunca es tarde para ganar en seguridad y autoconfianza, y también en la edad adulta la otoplastia nos garantiza resultados óptimos y definitivos.
Hacerse una coleta sin miedo a que nuestras orejan llamen la atención de los otros o llevar a nuestros hijos al colegio sin miedo a que los apoden o se burlen de ellos son algunos de los grandes beneficios que este cirugía estética pone a nuestro alcance. El precio de la otoplastia es una inversión en calidad de vida y autoconfianza.