Ya estamos en septiembre y poco a poco nos tenemos que volver a acostumbrar a la rutina del día a día y del trabajo. Pero septiembre también es el mes de las setas, cuando más salen gracias a las primeras lluvias y el frío. Os daremos una receta de temporada perfecta para este mes de septiembre cocinada fundamentalmente con níscalos.
Níscalos, rebollón o robellón son diferentes formas que tenemos para denominar al Lactarius deliciosus, un hongo muy sabroso que sale, normalmente, en otoño.
Huevos rotos con níscalos
La receta de hoy ha pasado de ser un plato “de batalla” a convertirse en gourmet, sólo añadiendo ingredientes. En este caso, el ingrediente estrella va a ser el níscalo. Para ello, necesitamos:
- 1 kg y medio de patatas Agrias o gallegas (unas 10/12)
- 10 huevos
- 400 gramos de níscalos
- 1 cebolla dulce
- Aceite de oliva para freír
- Sal
- Pimentón rojo picante
Modo de preparación
Pelamos las patatas y las lavamos en agua fría. Después las cortamos a modo de patata panadera y las echamos a freír en el aceite caliente, a fuego medio durante 12 minutos. No tienen que quedar ni muy crujientes ni duras, un término medio. Una vez fritas, las depositamos en un recipiente con una servilleta absorbente y añadimos sal al gusto.
Limpiamos bien los níscalos, como podemos ver en este video si no conocéis muy bien cómo hacerlo. Lo primero que hay que hacer es preparar las setas para que no nos llevemos a la boca algo de arena, que no deja de ser desagradable.
Cortamos las setas del mismo modo que las patatas y salteamos con un poquito de sal y una pizca de pimentón picante hasta que queden todos los jugos en la sartén. Retiramos en una fuente con papel absorbente para que se escurran bien.
Pelamos ahora la cebolla y la cortamos en rodajas muy finas. Lo que haremos será añadir esta cebolla a la sartén donde habíamos hecho las setas hasta que empiece a caramelizar, siempre a fuego medio. Cuando la cebolla comience a soltar el jugo, subimos el fuego y ya cuando tenga el característico color caramelo, es el punto clave para sacar la cebolla de la sartén.
El punto aparece en los huevos. Separamos la clara de la yema y la colocamos en dos boles diferentes. En la misma sartén donde hemos frito las patatas, echamos la clara del huevo y veremos cómo se forma una especie de nube blanca. Cuando esté hecha, sacamos de la sartén y dejamos sobre un papel para que absorba el aceite sobrante.
El siguiente paso es el emplatado. En una fuente ponemos primero las patatas, después la clara del huevo, las setas por encima de la clara y finalmente, añadimos poco a poco la yema cruda, que se hará lo justo con el calor de las setas, la clara y las patatas.
Tened en cuenta que es un plato que se tiene que servir muy caliente, por lo que deberéis hacer la receta por lo menos en dos fuegos.
Si os gustan las setas y las patatas, es el plato perfecto para este otoño. Si no encontráis níscalos, podréis hacer la receta con unos champiñones o unos boletus.
¿Habéis hecho la receta? ¿Os ha gustado? ¡Comenta con nosotros!