hoteles sólo para adultos

Hoteles sólo para adultos: ¿Por qué tanta polémica?

Agosto está al caer y con ello la búsqueda de las ansiadas vacaciones. Y comienza el enfrentamiento. Parejas sin hijos buscan disfrutar de unos días de intimidad y relax sin preocuparse de nada en absoluto. Las familias con niños quieren diversión y disfrutar de un buen rato de calidad todos juntos. Pero estos niños jugando, corriendo y gritando por la playa chocan con la idea de relajación que tenía la primera pareja. Al final nadie está a gusto. Unos no se relajan y los otros tienen que evitar que los pequeños molesten. ¿Os suena esta situación?

Para evitar que esto ocurra, algunos hoteles han decidido convertirse en hoteles solo para adultos. Así, determinados emplazamientos hoteleros se centran exclusivamente en el nicho de mercado adulto. Ofrecen lujo y comodidad sin menores. Y esto ha levantado la polémica: los que lo tachan de discriminación frente a los que no ven problema alguno y lo llaman «libertad de mercado».

En contra de los hoteles sólo para adultos

Los contrarios a esta medida tan polémica alegan discriminación. Como no pueden hablar en términos legales (los lugares privados se reservan el derecho de admisión) lo hacen desde el punto de vista moral y psicológico. «Los niños, como no votan o compran, son considerados ciudadanos de segunda».

Según estas afirmaciones, los hoteles libres de niños enseñan a los más pequeños lecciones discriminatorias. Al contrario, cuando sería un momento perfecto para educarles en la empatía, el respeto y la responsabilidad.

A favor de los hoteles sólo para adultos

Los que defienden esta distinción entre hoteles para adultos y hoteles familiares afirman que «son espacios privados con derecho al libre mercado» y que existen muchos precedentes. Cruceros, restaurantes, bares e incluso bibliotecas ya han diferenciado entre niños y adultos.

Frente a las acusaciones de discriminación, los partidarios de los hoteles que han prohibido niños en sus instalaciones aseguran que existe una completísima gama de espacios familiares que aceptan niños. Esto cuenta con un gran beneficio, el de saber que allí los pequeños podrán jugar y disfrutar sin tener que ser controlados y regañados. Esto elimina la presión y malestar de los padres, que también podrán disfrutar de sus vacaciones. Así, «las vacaciones serán mejores para todos.»

Los hoteles sólo para adultos se defienden

Las cadenas que se han unido a esta diferenciación afirman que «el ocio para los adultos no se parece al de los niños y es bueno separarlo de vez en cuando». Son hoteles muy minoritarios. En la práctica simplemente reservan espacios más que el hotel al completo. La mayoría lo que incluye son zonas por límite de edad: 6, 12 o incluso los 18 años para poder entrar. Al final, existen opciones para todos los gustos. Esto permite al público escoger entre sus preferencias.

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