Cuando desgraciadamente tenemos que ir al hospital por un malestar grave o enfermedad, no hay nada peor que tener que pasar por una operación o un procedimiento sin saber exactamente en qué consiste. Hoy os queremos explicar algunas cosas sobre la endoscopia digestiva, para aclarar todas vuestras dudas y tranquilizaros, pues es un proceso de mucha utilidad, y no tan complicado como parece.
¿Qué es una endoscopia digestiva?
Se trata de un procedimiento médico utilizado para poder ver el interior del tubo digestivo gracias a una pequeña cámara. Aunque en casos puntuales se introduce la cámara a través de pequeñas incisiones, lo más habitual es que se realice por los orificios naturales del cuerpo. De este modo, podemos diferenciar dos métodos:
- La endoscopia digestiva alta o gastroscopia: estudia el tubo digestivo superior (esófago, estómago e intestino delgado), y se accede habitualmente a través de la boca.
- La endoscopia digestiva baja o colonoscopia: para visualizar el colon, al que se accede frecuentemente por el recto.
¿Cómo introducen una cámara en nuestro cuerpo? Conoce el endoscopio
En una endoscopia digestiva se emplea una pequeñísima cámara con una luz que está instalada en el extremo de un endoscopio, un tubo de aproximadamente 1 cm de diámetro y 100 cm de largo. Esta sonda larga y flexible de fibra óptica no sólo transporta la cámara conectada a un vídeo, sino que tiene también canales adosados a través de los cuales los médicos pueden introducir los instrumentos que necesiten para realizar pruebas diagnósticas como tomar biopsias, cauterizar vasos sangrantes o extirpar pólipos.
Las tareas que se pueden realizar con un endoscopio son:
- Inyectar aire para distender el tubo digestivo y poder inspeccionarlo.
- Introducir líquido para lavar la zona.
- Aspirar y tomar muestras de la superficie del tracto digestivo.
- Mediante microtijeras o micropinzas, los médicos pueden realizar biopsias, extraer pólipos de mucosa digestiva y/o tumores, tomar muestras de tejido, cauterizar varices o hemorragias, extraer pequeños cuerpos extraños ingeridos por accidente, etc.
Aunque explicado así podría parecer un proceso invasivo y doloroso, lo cierto es que una endoscopia digestiva ofrece muy buenos y amplios resultados con sólo una invasión mínima; por esta razón se recurre frecuentemente a ellas.
Ventajas de una endoscopia digestiva
Aunque frecuentemente se trata de una herramienta de diagnóstico, una endoscopia digestiva puede llegar a ser una alternativa más segura a una intervención quirúrgica, en la que siempre pueden surgir más complicaciones y en las que el postoperatorio es más largo y complejo.
Por lo tanto una endoscopia digestiva reduce los riesgos, evita la necesidad de un ingreso en el hospital, y permite además una recuperación mucho más rápida del paciente.
¿Para qué se indica una endoscopia digestiva?
Las endoscopias se suelen utilizar frecuentemente como pruebas complementarias de diagnóstico (y en alguno casos, también de tratamiento) de diversos problemas en el tubo digestivo. Veamos los más comunes:
- Problemas en el esófago: esofagitis o estrechamientos del esófago.
- Problemas en el estómago: gastritis o úlceras gástricas.
- Problemas en el duodeno: úlceras duodenales.
- Hemorragias: se pueden cauterizar con el endoscopio.
- Vómitos con sangre: en estos casos (hematemesis) se puede descubrir su causa.
- Casos de anemia por falta de hierro: pueden deberse a una pérdida de sangre crónica en el tubo digestivo.
- Estudio de malformaciones.
- Extracción de pólipos.
- Tumores en el esófago, estómago o intestinos: toma de muestras y extracción de quistes.
- Diagnosticar un reflujo gástrico.
- Problemas de mala absorción de alimentos.
- Ingestión accidental de cuerpos extraños.
- Casos de cirrosis hepática: Esta cirrosis provoca un engrosamiento de las venas tanto del esófago como del estómago, llamadas varices esofágicas; y mediante una endoscopia digestiva se pueden controlar y cauterizar en caso de desgarro.
¿Cómo se realiza una endoscopia digestiva?
Evidentemente, es un proceso incómodo, pero los médicos sedarán las zonas de introducción del endoscopio, ya sea por la boca, el recto o por pequeñas incisiones. En el caso de que sea una endoscopia a través de la boca, aplican un anestésico local hasta la garganta; y en el caso de que se realice por el recto, aplican vaselina o una crema lubricante y anestésica. Sólo si se trata de casos graves los médicos pueden decidir aplicar anestesia general.
Dependiendo de las acciones a llevar a cabo (toma de muestras, cauterización o sólo inspección), una endoscopia digestiva puede durar entre 15 y 60 minutos; pero en cualquier caso, el paciente no debe ingerir alimentos, ni consumir alcohol o tabaco desde la noche anterior.
En el caso de las colonoscopias, los médicos aplicarán un laxante o un enema, por lo que se recomienda tomar, en los días anteriores al procedimiento, una dieta con muy bajo contenido en fibra. De este modo, con ambas medidas se consigue limpiar bien el colon y prepararlo para su inspección.
Recuperación de una endoscopia digestiva
Una de las principales ventajas de este procedimiento es que, tras una o dos horas en observación, el paciente puede regresar a casa.
Durante unos dos o tres días es normal sentir molestias abdominales y escozor en la garganta o el recto, según el tipo de endoscopia realizada. Pero si los dolores son intensos o aparecen sangrados o vómitos, se debe acudir rápidamente al hospital, pues puede deberse a una complicación.
Aunque las complicaciones derivadas de las endoscopias digestivas son reducidas, cualquier procedimiento médico puede provocarlas. Ya sea por error humano o por causas no esperadas, se pueden generar hemorragias digestivas o desgarros en la pared intestinal; por lo que es importante que nos vigilemos en los días posteriores a la intervención y volvamos al hospital si algo no va bien.
Otros tipos de endoscopias
Dejando a un lado las endoscopias digestivas, no queríamos cerrar el artículo sin citar los otros procedimientos que se llevan a cabo con endoscopios, para aclarar todas las posibles dudas sobre este tema:
- Artroscopia: para examinar las articulaciones.
- Broncoscopia: utilizada para inspeccionar las vías respiratorias y los pulmones.
- Cistoscopia: usada para visualizar el interior de la vejiga.
- Laparoscopia: empleada para examinar los ovarios o el apéndice.
¿Te ha quedado alguna duda? ¿Te has sometido ya a una endoscopia y quieres añadir algo? ¡Déjanos un comentario!