Solo hacen falta dos pequeñas células para la creación. Nueve meses después esas células se convertirán en miles de millones de células. El embrión compite con su madre para poder adquirir sus recursos. Este es el proceso normal de concepción del ser humano, pero pueden darse problemas y complicaciones.
Cuando tratamos de quedarnos embarazadas siempre pueden surgir complicaciones. Muchas veces esto sucede porque existe un obstáculo físico o bioquímico que impide el encuentro entre el óvulo y el espermatozoide. El obstáculo más frecuente que podemos encontrar es la obstrucción de las trompas de Falopio, o dificultades del embrión para implantarse en las trompas de Falopio.
El proceso de embarazo no tiene porqué darse a la primera, puede convertirse en un proceso frustrante para muchas mujeres que pueden pasa meses intentándolo sin conseguirlo.
Por otra parte, también se pueden sufrir abortos espontáneos que suelen estar ocasionados por problemas en los cromosomas del feto que hacen imposible el desarrollo del bebé. Suele ocurrir en las primeras siete a diez semanas del embarazo. Esto es ocasionado porque el embrión no se ha formado correctamente y tiene problemas, generalmente cardíacos o malformaciones en el sistema nervioso central.
¿Qué es un embarazo bioquímico?
Un embarazo bioquímico es un aborto precoz que se produce cuando, tras la fecundación de un óvulo y la implantación del embrión en el útero, el proceso de desarrollo de dicho embrión se ve interrumpido al cabo de pocos días. Se trata de un tipo de microaborto muy común, aunque muchas mujeres no son conscientes de haberlo sufrido porque no afecta al ciclo menstrual y la mayoría no llega a hacerse ningún test de embarazo. Estos test sólo dan positivo si detectan la llamada “hormona del embarazo” o hormona HCG en la orina, sustancia que se genera cuando un óvulo es fecundado.
¿Por qué puede suceder un embarazo bioquímico?
Un embarazo bioquímico o microaborto puede deberse a varios motivos.
- Estrés: La regla de oro al quedarse embarazada es evitar el estrés. Lamentablemente los nervios y el estrés son muy difíciles de manejar y no siempre dependen de uno mismo. Si le ocurre algo a un miembro de nuestra familia o a uno de nuestros amigos, o bien estamos pasando por circunstancias difíciles, es inevitable que suframos ansiedad, y una mala noticia o padecer estrés de forma continuada pueden llegar a provocar abortos.
- Alimentación inadecuada: No comer adecuadamente o de forma insuficiente, así como consumir tabaco y alcohol, son factores que hacen peligrar al feto.
¿Qué podemos hacer para evitar un embarazo bioquímico?
- Las mujeres que ya han sufrido un embarazo bioquímico son más propensas a perder el embrión en su próxima fecundación si practican relaciones; por lo que es recomendable verificar si existe embarazo antes de volver a mantener relaciones.
- Evitar los trabajos y situaciones que generen demasiado estrés o duros mental y psicológicamente.
- No realizar grandes esfuerzos ni levantar cargas pesadas.
- Tratar de descansar y mantenerse tranquila el mayor tiempo posible. Aunque ya llevemos mucho tiempo intentando quedarnos embarazadas sin éxito, lo más recomendable es no obsesionarse y mantener la calma.
- Tomar ácido fólico: es muy importante para el feto en general y también nos puede ayudar a evitar que se produzca un embarazo bioquímico. Numerosos estudios afirman que mujeres que han tomado ácido fólico tanto antes del embarazo como durante el mismo, han tenido hasta un 70% menos de riesgo de que el bebé sufriera complicaciones y defectos congénitos.
Superar un embarazo bioquímico
El proceso de embarazo es en general una experiencia casi mágica, pero un embarazo bioquímico, como cualquier otro tipo de aborto, puede tener efectos físicos y los psicológicos devastadores para una mujer.
Un embarazo bioquímico puede ser una experiencia triste y frustrante, pero como todo acontecimiento trágico, no podemos dejar que nos obsesione. La incertidumbre, el estrés y la obsesión pueden afectar tanto al cuerpo de una mujer como para provocar un nuevo microaborto o embarazo bioquímico en sus futuras fecundaciones.
Ante todo hay que evitar que el sentimiento de culpabilidad acabe en depresión, pues se puede terminar cayendo en conductas destructivas como el alcoholismo, los desórdenes alimenticios o los pensamientos suicidas.
Estos sentimientos, frecuentemente agrupados en el conjunto de los “síntomas post-aborto”, son muy frecuentes en mujeres que han perdido un bebé, aunque la pérdida tuviera lugar en los primeros días del embrión. Para la gran mayoría de las mujeres, el sentimiento de culpa, de impotencia y el vacío que sienten en su interior, pueden llegar a ser insoportables.
Si estas sensaciones no dejan de empeorar o no se superan, lo más recomendable es acudir a un especialista, para poder evitar caer en una depresión o agravar más la frustración de querer tener un bebé. Existen también asociaciones que reúnen grupos de mujeres que han pasado por la misma experiencia, y ayudan, compartiendo sus sentimientos, a superarlo.