El Salón de la Agricultura de Berlín ha girado en torno a unas preguntas muy cuestionadas, el motivo es el porcentaje que ha disminuido en los países industrializados. Las preguntas son: ¿podemos aún comer carne? ¿De qué tipo? ¿Cuánta?
La ONG Friends of the Earth, traducido al español como los Amigos de la Tierra y la Fundación Heinrich-Böll se preocupa por cuestiones referidas a la alimentación y la salud. Tras un estudio sobre la alimentación de los alemanes, se desvela que la ingesta de carne ha disminuido siendo grandes carnívoros. La razón es el aumento de personas que se han decantado por la comida vegetariana, unos 7.000.000 de personas son declaradas oficialmente vegetarianas.
El americano Jonathan Safran Foer, ha publicado el libro “Comer animales”, que relata el proceso de la industrialización de la carne, el cual fue muy cuestionado a causa de los efectos del consumo de carne sobre el medio ambiente, la salud humana y el bienestar de los animales. Los países en desarrollo suelen apreciar un crecimiento en el consumo de carne, los desarrollados lo mantienen en un alto porcentaje, pero una disminución suele reflejar una concienciación sobre los inconvenientes que genera al planeta.
El Salón de la Agricultura de Berlín, fue el evento en el cual Esther Müller, de la Sociedad Protectora de Animales de Alemania, reclamo la necesidad de comer menos carne. Hubert Weiger de la asociación ambientalista Bunda, incluyo que la mejor forma de lograrlo era subir los precios de la carne.
Alemania es un país que consume en abundancia chacinería y los puestos de salchichas y jamones son muy famosos y numerosos. El consumo en este tipo de establecimientos es muy común, por lo que es importante conocer la calidad del proceso en la producción local, siguiendo cada paso de la elaboración desde la granja hasta la mesa del consumidor.