Drenaje linfático ¿Qué es?
Es una técnica de masaje que sirve como masaje terapéutico. El drenaje linfático pretende mover la linfa. (La linfa es un líquido transparente que aparece tras el exceso de líquido que sale los capilares y se termina quedando en las venas subclavias)
Al desplazar la linfa mejoramos el funcionamiento del sistema linfático superficial y así podremos conseguir la evacuación de la linfa.
El drenaje linfático se hace siguiendo unas maniobras protocolarias muy suaves para conseguir mover la linfa que se ha quedado atascada a lugares sanos para su evacuación normal hacia la sangre.
El drenaje linfático se realiza con las manos, ejercen una ligera presión sobre la piel con unos ligeros impulsos que llevarán un ritmo concreto. Este proceso no es comprable a la presoterapia, ya que el drenaje linfático no drena proteínas.
Con el drenaje linfático se consiguen resultados muy positivos, pero solo son temporales. Si queremos mantener sus resultados deberemos comer muy sano y hacer deporte.
El drenaje linfático suele ser una técnica de coste elevado.
Drenaje linfático, contraindicado cuando…
- Tenemos trombosis
- Con heridas infectadas
- Cáncer
- Nos faltan proteínas en la sangre.
Salvo en estas excepciones, el drenaje linfático nunca está de más.
- Nos ayuda a movilizar la linfa que se queda estancada y con ellos mejoramos la circulación en nuestro sistema linfático.
- Nos relaja.
- Nos da resultados estéticos.
Drenaje linfático, ¿Cuándo hacerlo?
Como hemos dicho lo podemos hacer cuando nos apetezca pero sus fines son principalmente para combatir:
- Acné. Sobretodo en la adolescencia que es cuando más grasa tenemos en el rostro. Puede ser una ayuda, antes de pasar al medicamento, cuando es un acné no muy grave.
- Celulitis. El drenaje linfático es de lo mejor para reducir la celulitis, pero recuerda que después de las sesiones hay que continuar con una vida saludable (comida sana y deporte)
- Varices. Al mover los vasos capilares ayudamos a que la sangre corra de manera más fluida por nuestro cuerpo.
- Cualquier hematoma. El drenaje linfático ayuda a la sangre a circular.
- Para el desgaste de las partes blandas (artrosis, artritis…)
- Para la recuperación de lesiones en deportistas (Luxaciones, distensiones…)
- Para los nervios y la ansiedad. A parte del momento en sí, de la relajación de un masaje.
- Para los dolores de cabeza muy extremos (migrañas, jaquecas, vértigos)
- Enfermedades crónicas en las vías respiratorias (sinusitis, faringitis…)
- El drenaje linfático ayuda mucho a las piernas cansadas. Ya que muchas veces es debido a la mala circulación de la sangra y la linfa.
- Ayuda en los postoperatorios, con las cicatrices, también después de ser mamá.
- Edemas faciales.
- Ayuda a la fibromialgia
- Preparar los tejidos antes de una cirugía estética.
El drenaje linfático necesita un cuidado escrupuloso con la piel.
Se requieren varias sesiones para obtener los resultados deseados, aunque se ven muy rápidamente, hay que continuar el tratamiento y cuando se termine hacer vida saludable.
Como vemos el drenaje linfático es muy aconsejable, pero no es un milagro, es una terapia. Aunque el fin sea estético hay que seguir las pautas de nuestro fisioterapeuta.