Seguro que lo has visto a la venta en cientos de tiendas de juguetes. Es el entretenimiento de moda entre los más jóvenes. Una especia de masa multicolor que puedes estirar, aplastar y moldear a tu antojo. Recuerda al experimento de la película Flubber, con ese moco verde y animado que enterneció a toda una generación.
Pues bien, no es necesario gastarse el dinero en este juego. Al revés, ya que la Organización de Consumidores y Usuarios lo ha catalogado de producto peligroso. Sin embargo, lo podemos hacer nosotros mismos en casa de forma segura. ¿Cómo hacer slime? Es muy sencillo y un proyecto handmade para tener a los peques entretenidos en estos meses de vacaciones.
Antes de saber cómo hacer slime, ¿qué es el slime?
Este slime, también llamado moco de gorila, es una masa blandiblú moderna que se puede costumizar y moldear al gusto. Su uso es sencillo, sirve como método de relajación sensorial al producir una respuesta sensorial meridiana autónoma (ASMR). A mediados del pasado año se convirtió en tendencia, llenando Youtube de tutoriales para conseguir hacer este slime casero.
Las escuelas y colegios han sido invadidos por este slime, que ha sido prohibido en varios centros docentes por su composición tóxica. ¿Quieres saber cómo hacer slime casero sin ingredientes peligrosos? Te lo contamos.
¿Cómo hacer slime en casa?
Conseguir hacer slime casero es muy sencillo. Solo necesitamos dos bowls de plástico, un poco de agua, algo de detergente líquido, cola blanca y colorante alimenticio.
- Paso 1. Mezcla dos cucharaditas de cola blanca con tres gotas de colorante comestible hasta conseguir que sean una masa uniforme. Cuánto más colorante más intenso será el color. Esta cola blanca podrá ser aumentada posteriormente en caso de que la masa quede demasiado líquida.
- Paso 2. En el otro bowl de plástico mezcla dos cucharadas pequeñas de detergente de lavadora líquido y una de agua. Bátelas hasta que queden bien mezcladas y sin diferencias o grumos.
- Paso 3. Une las dos mezclas hasta lograr un pegote uniforme, que debes amasar con las manos hasta que tenga una buena consistencia. Al principio puede resultar pegajoso, pero según vayamos dándole forma aparecerá el famoso slime. En caso de que esté muy seco añade más agua. Si, por el contrario, es demasiado líquido, incluye más cola blanca.
¿Cómo hacer slime de forma sencilla?
Existen muchísimas recetas y tutoriales para conseguir este blandiblú favorito de los niños de manera handmade. La variedad de ingredientes también es posible, en caso de que se quiera evitar opciones tóxicas.
Muchas propuestas DIY para hacer slime proponen sustituir el colorante por pintura comestible, o incluso hacer slime sin cola blanca y cambiar este componente por maicena o harina para evitar riesgos innecesarios.
¿Cómo hacer slime sin bórax?
El bórax es un compuesto químico conocido como borato de sodio. Viene en forma de sal y se diluye con facilidad en el agua. Su uso está muy extendido en numerosos campos, desde la joyería a productos del hogar, estando especialmente presente en detergentes, pesticidas, cosméticos y jabones.
El Instituto Nacional de la Salud lo clasifica como un elemento no cancerígeno, lo que ha hecho que nos confiemos a la hora de utilizarlo. Sin embargo, su toxicidad depende de la concentración y cantidad que se use. Así, en cantidades bajas no se absorbe a través de la piel. Pero en cantidades más altas o industriales puede resultar peligroso.
El bórax es fácil de conseguir en supermercados como sal de boro, por lo que crea la sensación de ser seguro. De hecho, su nivel de toxicidad es la misma que la del bicarbonato, que utilizamos incluso para la ingesta. Pero este no es el caso del bórax y el slime ha avivado la polémica en torno a este compuesto químico.
El bórax puede producir reacciones alérgicas en la piel. Hasta el punto de llegar a lesiones cutáneas y graves quemaduras que requieran intervención quirúrgica. También su ingesta es peligrosa. Incluso en bajas proporciones, puede provocar daño renal o hepático, con diarreas, cólicos o náuseas. Hasta puede llevar al coma. No suena como un producto que deba llevar un juguete para niños. Sobre todo uno que manosean, chupan y se pueden llevar a la boca.
A pesar de todo eso, la receta original del slime contiene bórax en altas cantidades, porque le da consistencia, suavidad y lo hace más resistente y elástico. Éste se vende así en tiendas de juguetes, quioscos e incluso online, aunque la tendencia es hacerlo DIY.
La solución es sencilla, basta con sustituirlo con detergente líquido o, si se quiere algo más inofensivo, con nubes de chuchería. Éstas tienen que ser derretidas en el microondas hasta estar totalmente fundidas. Después se les añade harina y se amasa todo junto, con colorante para cambiar colores e incluso perlas y abalorios para decorar el slime. El resultado es igual de divertido y mucho más seguro.