También conocida como depresión puerperal o postnatal, es una depresión de intensidad media-alta que se da en la mujer tras dar a luz, pudiendo presentarse poco después del parto y hasta un año más tarde. Por regla general suele aparecer en los tres primeros meses después del parto.
La literatura médica la describe como un trastorno transitorio que desaparece de forma espontánea sin dejar secuelas y que se manifiesta entre los dos y los cuatro días posteriores al parto.
Las causas de la depresión post parto
Está ampliamente reconocido que los cambios hormonales alteran el estado anímico de la embarazada, pero experimentalmente no se han acreditado diferencias en los niveles de estrógenos entre mujeres embarazadas y las que no lo están, como para poder señalar significativas influencias hormonales.
Por otro lado, además hay otros diversos factores que pueden afectar al estado de ánimo de la embarazada, como los sucesivos cambios en su vida y rutina que le vienen impuestos, ya que habitualmente, en la mayoría de los casos, no le queda tiempo para sí misma debido a la atención constante que dedica a su bebé, sin contar con que siempre hay mujeres que tienen una mayor predisposición a desarrollar la depresión post parto.
Tipos de depresión post parto
Usualmente suelen distinguirse dos tipos de depresión post parto, la denominada baby-blues y el trastorno depresivo propiamente dicho.
- La depresión post parto, baby-blues, consiste en una alteración del estado de ánimo de la mujer que ha alumbrado recientemente, y se manifiesta con síntomas depresivos leves y benignos, tales como:
- Falta de concentración
- Humor inestable
- Ansiedad
- Tristeza
Este estado de ánimo remite sin necesidad de tratamiento, aproximadamente a las dos semanas.
- La depresión post parto propiamente dicha, es la que se inicia en las doce primeras semanas después del parto, con síntomas depresivos típicos como;
- Tristeza
- Insomnio
- Pérdida de apetito
- Desesperanza
- Minusvalía
- Pensamientos de muerte
- Síntomas físicos tales como; molestias digestivas o dolor de cabeza.
Este estado precisa tratamiento médico inmediato.
Los factores de riesgo más importantes en la depresión post parto son los siguientes:
- Crisis frecuentes de ansiedad o depresión durante el embarazo
- Sufrir previamente depresión o ansiedad
- Antecedentes familiares
- Falta de apoyo social o familiar
- Problemas matrimoniales, financieros o laborales
- Los cambios corporales sufridos a raíz del embarazo y el parto
- No tener tiempo para sí misma
- Baja autoestima
- Falta de sueño
- Preocupación obsesiva por ser una buena madre
- Tener un bebé problemático
Aparte los citados hay otros factores de riesgo menos predecibles, como el embarazo no deseado, ser soltera con poco apoyo familiar o de pareja, ser menor de veinte años, contar con pocos recursos financieros, consumir alcohol, drogas o ser fumadora, haber tenido depresión, o ansiedad antes del embarazo o en uno anterior, haber sufrido experiencias desgraciadas durante el embarazo o parto, como la muerte de un ser querido, etc.
Respecto a los síntomas de la depresión post parto son los siguientes:
La irritación, la ansiedad, la tristeza y el llanto son habituales en las dos primeras semanas tras dar a luz y suelen conocerse como depresión puerperal que desaparece espontáneamente, Sin embargo, si no remite o cuando los síntomas depresivos aparecen después del primer mes, pudiendo extenderse hasta el cuarto. Todas estas manifestaciones suelen ser determinantes en la aparición de la depresión post parto.
Los síntomas usuales son:
- Agitación
- Ansiedad
- Irritabilidad
- Falta de concentración, de sueño y de apetito
- Poca energía
- Sensación de inutilidad
- Culpa
- Retraimiento o nulo interés en las actividades y tareas caseras o laborales
- Pensamientos de muerte o suicidio
Además, la madre deprimida suele sentirse incapaz de cuidar de sí misma o del bebé, teme quedarse sola con él o tiene sentimientos ambivalentes respecto al bebé. El diagnóstico está basado en la sintomatología descrita por la paciente y se recomienda la realización de análisis de sangre para descartar causas físicas. Por otro lado, la depresión puede durar meses o años si no se trata, y sus complicaciones potenciales pueden poner en peligro al bebé o la propia madre que corre el riesgo de auto causarse daño.
El tratamiento normalmente incluye medicamentos, terapia o ambos. La acción conjunta frecuentemente reduce o elimina los síntomas de manera muy efectiva.
Las mujeres que tuvieron depresión post parto tras embarazos pasados pueden ser menos propensas a la recaída, si después del parto comienzan a tomar antidepresivos con ayuda de psicoterapia.
Como consejos genéricos se recomienda la visita al médico en los siguientes casos:
Si la depresión puerperal no ha desaparecido después de dos semanas, si la intensidad de los síntomas aumenta, si empiezan después del parto, incluso meses más tarde, o si no pueda hacer las tareas ordinarias en casa o en el trabajo, también si tiene pensamientos negativos respecto a sí misma o al bebé, por supuesto, si no puede cuidarle, ni a sí misma tampoco, y por último si empieza a tener alucinaciones.