El colesterol es un lípido esencial para el correcto funcionamiento del organismo. Su presencia se hace necesaria para la actividad neuronal, la formación de las membranas y unas cuantas cosas más. No obstante, cuando hay un exceso también puede llegar a resultar perjudicial. El colesterol se divide básicamente en dos fracciones, el colesterol HDL o colesterol bueno y el LDL, también conocido como “colesterol malo”.
El colesterol HDL se puede definir como la unión del colesterol con una lipoproteína de alta densidad, que son las siglas HDL en inglés. Esta lipoproteína es la que se ocupa de movilizar el colesterol desde los tejidos al hígado. Su función esencial es la de barrer el exceso de colesterol que pueda haber en las arterias, tejidos y otros vasos sanguíneos. En un primer momento es metabolizado en el hígado para acabar siendo eliminado del cuerpo.
En el caso de ser hombre con uno nivel de colesterol bueno por encima de los 35 mg/dl o mujer con una tasa superior a 45 mg/dl, también resultará muy beneficioso para la prevención de ciertas enfermedades como la ateroesclerosis. Esto se debe a que los niveles del colesterol HDL consiguen limpiar el colesterol que se amontona en las paredes, evitando de esta manera que una persona puede ser víctima de un infarto de miocardio o de una esquemia.
Cómo controlar el colesterol hdl
Si lo que pretendes es mantener este tipo de colesterol dentro de unos parámetros normales lo preciso sería que tuvieses en consideración los siguientes aspectos. Decántate por una alimentación rica en fibra y baja en grasas saturadas. Muchas personas se ven obligadas a cambiar de hábitos, comiendo más frutas y verduras, legumbres y fibra.
Pero no solo con la comida se conseguirán mantener unos niveles de colesterol óptimos, ya que también hay que incluir en la rutina diaria el ejercicio físico. No se puede poner como excusa la falta de tiempo, ya que hay distintas maneras de tener una vida activa. Caminar una hora al día a ritmo intenso es posible si madrugamos un poco más o si nos decantamos por dejar el coche en casa para ir a trabajar. Nadar, correr, remar o montar en bicicleta son algunas de las propuestas más recomendadas, pero no sólo para el fin de semana. Como mínimo se debe dedicar a los entrenamientos unos 150 minutos a la semana, que se puede distribuir de muchas maneras.
Hay una serie de hábitos poco aconsejables que también habrá que despedirse de ellos. Será lo primero que te recomienden los médicos después de analizar tus análisis: dejar de fumar y el alcohol. No ocurre nada malo por tomarse una copa de vino o una cerveza, pero siempre que se haga con moderación y a modo de recompensa. También es imprescindible controlar los niveles de estrés y llevar una vida lo más relajada posible.
Lo adecuado, de cara al control del colesterol, es que a partir de ahora lleves una vida lo más saludable posible a través de unos hábitos correctos, en donde te garantizarás entre otras cosas evitar ciertas complicaciones en el futuro. Tampoco te olvides de hacer revisiones y chequeos de manera periódica.